Los All Blacks enfrentan la escalada de triunfos que sus fans y la prensa requieren de su orgulloso equipo, que perdió la serie en casa frente a un muy móvil Irlanda y que en su visita a Sudáfrica repartió honores con el Campeón del Mundo vigente, llevándose un partido cada uno. El pequeño e intenso mundo del rugby neocelandés reclama la salida del entrenador Ian Foster, pero la Unión de Rugby de Nueva Zelandia (NZRU) confirmó en su puesto al ex apertura de los Waikato Mooloos y los Chiefs hasta la finalización de mundial de Francia 2023.
Foster señaló que esa confirmación en su puesto le ha quitado peso de encima a los jugadores, que no deben batallar bajo la pena de quedarse sin entrenador, y que encararán sus partidos contra Los Pumas (Christchurch el 27/8 y Hamilton el 3/9) como dos «partidos más». El Daily Mail señala que Foster dijo que -hemos aprendido mucho de nosotros mismos, y tenemos que hacer nuestra parte para hacerlo mejor y tenemos un gran deseo de hacerlo así» frente al equipo argentino.
Sin embargo, el propio Foster dijo que no estaba seguro si sentirá el amor (de la gente) el sábado a la noche en el Orangetheory, mientras que poco después de que la Unión confirmara su continuidad (Foster tiene un promedio de 65% de puntos ganados) el 81% de los votanntes en una encuesta nacional neocelandesa señalaron que el entrenador debe ser echado de su puesto.
Este será el primer partido que jugarán los All Blacks en Christchurch desde 2016, un pequeño estadio que tiene capacidad para 18.000 espectadores, que es el estadio temporal que tuvo que erigirse debido a que el tradicional Lancaster Park, con capacidad para más de 38 mil asistentes, ha sido severamente dañado por el terremoto del 2011, fue demolido en 2019 por fallas que no podían repararse y se esperaba que en 2022 estuviera terminado, cosa que hasta la fecha no ocurrió.
A pesar de la confirmación de Foster, la Unión neocelandesa agregó al staff a Joe Schmidt, quien fuera entrenador de Irlanda, en una función de asesor de ataque. Schmidt finalizó su contrato con los de la camiseta Esmeralda y era un «seleccionador independiente» según señala el diario Stuff.
Los Pumas se enfrentarán a un equipo negro que tiene la enorme responsabilidad de no decepcionar a su hinchada y a su historia, frente a un equipo argentino que se aprovechó de las debilidades australianas, pero que aún tiene mucho trabajo por delante, y este sábado a la noche en la isla sur tendrá una prueba de fuego para ver dónde están parados. Ganar al menos un partido frente a los ABs podría significar un simbronazo muy fuerte y con muchas dificultades para el local y a la vez una inyección de ánimo para los visitantes.
Sin dudas esperamos un partido duro, y aunque ambos equipos ya están pensando en el mundial, nadie quiere ceder un palmo y todos quieren ganar la «yarda de oro», aquél viejo y vigente dicho neocelandés para señalar por dónde se empieza a ganar un partido de rugby.
Marcelo Mariosa