Se viene el último partido del año del equipo argentino y será en el ya mítico Murrayfield, con algunos cambios que vienen bien a la hora de confirmar algunas cosas. Los Pumas tienen su último test y han manifestado, ya en entrevistas como en la conferencia de prensa previa (donde estuvo Marcos Kremer), la intención de cerrar un año de la mejor manera posible. Y eso sería sin dudas un triunfo, que se dejó escapar en Gales la semana pasada. El equipo argentino llega a Edimburgo con las alforjas casi vacías de energía, pero que de alguna manera sigue dando señales de que en cualquier momento puede dar algún zarpazo. Ya instalados en uno de los mejores lugares en el ranking, entendiendo que la derrota contra los del Dragón casi no influyó en ello, el difícil RCH siempre le hace pagar a Los Pumas esas batallas.
Cheika trata de encontrar su equipo y sabe, como todos nosotros, que hay una base que está bien aunque todavía tiene vaivenes mentales que le cuesta sostener en alto. Históricamente nos gusta venir de abajo, ir por la heroica, inflar el pecho y dejar la sangre propia derramada. Pero en el rugby moderno y allá arriba en el Top 6, se juega de otra manera, y eso es lo que Los Pumas tienen que aprender. De hecho, si hilamos fino, ha habido avances, y esos pasos se hacen en la medida que los jugadores van entendiendo cómo se maneja un juego de rugby, qué mentalidad hay que mantener durante la duración del juego, cómo manejar la ansiedad y la paciencia, y como no decaer cuando empezás a sentir que no hay manera de pelear por un resultado.
Hay muchas cosas que todavía no sabemos hacer y hay que aprenderlas, pero durante este 2022 post pandemia (si cupiera la expresión), Los Pumas han derrotado dos veces al equipo del Cardo, se han cargado a Australia en casa y a los All Blacks a domicilio y se llevaron los laureles en Twickenham, con merecimientos equiparados, pero a chapa no miente. El año de rugby ha sido bueno, pero nuestros jugadores, y los de los otros equipos de hemisferio sur, están cansados, ya no sé si mental o físicamente. Y eso se nota en los desempeños de los 4 grandes del Sur.
Con una columna vertebral que no varía, Cheika manda a la cancha a Gallo, de un desempeño muy interesante, mucha juventud y habiendo jugado los 80 minutos durante un partido, algo no común para un primera línea, a un consagrado Montoya (sale Creevy) y deja en el banco a Ruiz, que trabaja muy bien y que debe sumar minutos con el equipo, mientras que de Agustín sabemos todo lo que puede dar, mientras Socino agita las campanas desde Gloucester. A la derecha va Bello, ya que no estará Gómez Kodela, y con la 17 y 18 estarán esperando Tetaz Chaparro y Medrano. La segunda línea tendrá a Alemanno y Lavanini, dos batalladores con Paulos en el banco, mientras que la tercera línea sale de memoria, con González Sasso, Kremer y Matera, mientras Isa espera en el banco.
Cuando saltamos al 9 nos encontramos con un prolijo Bertranou, que entiendo aún tiene espacio para crecer y dirigir un poco más desde la posición del «half back», como dicen en Nueva Zelanda, los hilos del equipo y este sábado pasa a ser su reemplazo Bazán Vélez, otro al que hay que darle minutos para consolidar en la posición las destrezas que ya le conocemos. Con la 10 estará Santiago Carreras, un apertura discutido por algunos por no jugar en esa posición en su club pero de una innegable condición como jugador de rugby, y de generar movimientos rápidos y en la cara de la defensa. En el «bench» estará el hombre record Sánchez, que estimo jugará algunos minutos, un Cachorro que ya venía bajo de nivel y que estuvo lesionado, pero que si vuelve por dónde venía, es un jugador que Los Pumas necesitan.
El centro de la cancha sale con la vieja fórmula de la Fuente-Orlando, y no hay mucho más que decir, mientras Moroni va al banco y todos esperamos a Chocobares para cuando esté listo. en las puntas, la oportunidad de Delguy, alguien que «de nada hace algo» según los dichos de Cheika, refiriéndose a la habilidad de Bautista en tomar una pelota y escapar para darle algo positivo al equipo, mientras que Boffelli (demasiado necesario) y Mallía cierran el 15 inicial.
Del otro lado, con las bajas de Hamish Watson y Sutherland, además de Richie Gray (sancionado por 3 semanas), el 15 azul no es un equipo fácil y hace unos días le dio pelea a los All Blacks hasta que la decantación de una diferencia inexorable los venció. La expectativa respecto del juego es diferente a los partidos anteriores, ya que Escocia juega de una manera muy diferente y no tan predecible como sus compañeros de la Commonwealth. Desde el fondo de la cancha, Stuart Hogg es un jugador completo que entiende por dónde debe jugar y tiene con qué, mientras que Finn Russell juega con desenfado y libertad, sin importar qué pase. El pack escocés es duro y el wing sudafricano Van Der Merwe es uno de sus puntos más altos, por lo que hay que tener en cuenta que se va a presentar por toda el área de ataque para ser un ball carrier con estilo propio.
Los Pumas deberán jugar a lo que tienen en carpeta, volver a las bases del tackle ofensivo y a mover la pelota con precisión, incluso pensando en kick tácticos. Su jego deberá pasar por adquirir la costumbre de nos ser previsibles en el traslado, en generar movimientos que sean difíciles de controlar y asegurar las pelotas propias con calidad, sobre todo con la paciencia que se requiere la batalla en el punto de contacto.
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