
El Mundial no se detiene y cuando leas esta nota, ya está sellado el resultado entre Japón y Samoa (28-22) pero para Los Pumas no han habido cambios sustanciales respecto del camino que queda por transitar: hay que ganar el próximo partido. El staff entiende que es un buen momento para darle descanso a la mayoría de los jugadores que consideran el equipo «titular». Esta vez, Cheika y sus boys harán ingresar a la cancha 11 cambios, dándole descanso a muchos de sus titulares, entendiendo que el partido con Chile no tiene la dificultad que tendrá contra Japón, pero no se equivoquen, que el equipo trasandino jugará con el corazón en la mano porque se trata de una batalla épica, primera vez de dos equipos sudamericanos en un mundial (enhorabuena) y primera vez también desde que se jugó el último sudamericano «real» que fue en 2012, cuando Los Pumas le ganaron a Los Cóndores 59 a 6.
El equipo argentino saltará al estadio de la Beaujoire en Nantes (inaugurado en 1984, propiedad de la municipalidad de Nantes y con capacidad para 38.486) con Sclavi, Creevy y Bello. Petty y Rubiolo. González, Kremer e Isa. Cubelli, Sánchez, Imhoff, de la Fuente (C), Cinti, Isgro y Bogado. Los suplentes serán Ruiz, Vivas, Gómez Kodela, Alemanno, Oviedo, Bázan Vélez, S. Carreras y Mallia.
Creevy igualará la marca de Ledesma en cantidad de partidos pero se trata de una decisión correcta para darle descanso a un muy trajinado Montoya. Con la elección de los pilares está claro que los titulares son Gallo y Gómez Kodela. La inclusión de Rubiolo, un segunda línea muy potente y móvil, también es una buena prueba. Luego, los medios «del pueblo» que tendrán un partido de estatura similar a lo que fue contra España, lo que sólo garantizará minutos y confianza, pero para poder evaluar su eficacia, habrá que ver los detalles porque Chile y Japón son contendientes muy diferentes. Hacia afuera, la justa oportunidad para Juan Imhoff, un jugador de gran talento y visión de juego, y del otro lado Isgro, de gran futuro. En el medio un confiable de la Fuente junto a Lucio Cinti como 13 y atrás de todo irá Bogado, que tiene mucho potencial y queremos ver jugar.
Chile usará las armas que ya ha mostrado, pasión, orgullo, tackle y presión, con un alma muy batalladora, y con esa receta ha mostrado que ha dado pasos al frente respecto a dos años atrás. Sin dudas es un tiempo muy corto para estar listo para batallar un Mundial pero allí están, se lo han ganado en buena ley y deberá el rugby chileno seguir trabajando como lo vienen haciendo, buscando tener roce con equipos de mayor o igual nivel y claro, no deben tomar en cuenta el resultado final contra Inglaterra, porque de esas situaciones hubo en todos lados y se sale de la verdader medida y dimensión que el rugby de Chile debe mirar. Lo mismo le pasó a Uruguay, que debía ir al Mundial a ganar el partido que ganó y lo hizo muy bien. Además le dio un susto al dueño de casa y perdieron con Italia, quizá el sueño de ganarles se había hecho carne en el equipo charrúa.
Los Pumas deberán mover la pelota con mucha velocidad y precisión, evitar los penales y cobrar cada error que el equipo chileno cometa, sobre todo en los penales que pudieran ofrecer. El juego es simple, recobrar confianza, asegurar las formaciones fijas y tacklear bien arriba, no dejándole aire ni metros al equipo rival. No hay nada nuevo bajo el sol.
El verdadero adversario de Los Pumas está en sus cabezas, quizá aquél primer partido contra Inglaterra haya obrado en contra y se vienen reponiendo, el partido contra Samoa, un rival duro en lo físico y en un día difícil, no fue gran cosa y el camino debe transitarse, es decir, hay que seguir mejorando. Y también permitirse un descanso a jugadores que necesitaban eso, ya no sólo desde el punto de vista físico, sino fundamentalmente desde lo mental.
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