Justo en el momento en que yo me agarraba la cabeza sin poder entender la situación, apareció el Mosca para decirme, con esa voz firme y sonora que lo caracterizaba, ladeando un poco su bigote tupido y dejando entrever esa sonrisa burlona que, si no la sabías atajar, podía lesionarte. –“Yo te lo dije, Negrito”- (lo de negrito con mayúscula es una licencia mía).
Pero el Mosca se fue hace unos años a juntarse con sus amigos del póker en alguna nube, porque cuando se le fueron dos y la mesa quedó “herida”, sus furias se elevaron tanto que en algún momento decidió que era mejor irse que seguir estando.
Hace ya muchos años, y de la mano de muchas cosas que él creía que podían ocurrir (aunque algunas no se cumplieron otras superaron largamente sus expectativas), la sociedad ha ido cambiando en formas y pareceres, y todo aquello por lo que bregaba el rugby “chico” (los valores, el respeto, la camaradería) de alguna manera se fue lesionando cuando fue apareciendo el rugby “grande”. Pero no fue sólo la culpa de la expansión, sino de una suma de factores, que incluye la falta de brazos, de cabezas, de espacio, de comunicación, de lógica e incluso con el advenimiento del profesionalismo, que batalla con fuerza contra los esforzados amateurs que mantenemos los clubes, que le enseñamos a los pibes y pibas, que inflamos pelotas, que pintamos paredes, que llenamos planillas y que enseñamos tantas otras cosas.
El advenimiento de los tiempos modernos ha impedido que muchos puedan ayudar, ya sea porque no tienen tiempo físico, están lejos, no tienen ganas o no les alcanza la plata. Y también, es que muchos se han ocupado de enseñar las técnicas del juego, han aprendido para que los chicos desarrollen sus habilidades, pero se olvidaron que también hay que entrenar “lo otro”, que es la educación, el respeto (por el árbitro, el adversario y el público) y también las formas, la lealtad, el compañerismo y el respeto profundo por las leyes del juego, la educación y la etiqueta.
Recuerdo la insistencia del Mosca para ir a esperar a los adversarios a la puerta del Club, para recibirlos, guiarlos hasta el vestuario, agradecerles que hayan venido a jugar con nosotros. También de esperar a referee (cuando venían) y acompañarlo hasta el vestuario, acercarle agua o lo que necesite. Tempus fugit (el tiempo huye o vuela).
Vienen pasando cosas graves hace un tiempo y es hora de ponerle un coto. Si alguien piensa que un referee de rugby perjudica a un equipo por pura maldad, debería alejarse del rugby. Los referees puede ser mejores o peores, y pueden equivocarse más o menos, y pueden perjudicarte, claro. Pero no hay mala intención sino la interpretación instantánea de lo que pasa en un juego donde hay, muchas veces, varias infracciones a la vez. No, no es fácil, y es verdad también que algunos referees son más amigables que otros, y que alguno puede ser que se exprese de una forma dura. Son personas.
Muchas veces, de puro caliente, he visto la filmación de un partido que no quería ver sólo para confirmar que el referee se había equivocado demasiado. Sinceramente, cuando uno mira el detalle, resulta que en la mayoría de los casos los tipos tienen razón. Y cuando no a tienen o hay dudas, entra la parte que tenemos que entender, y es que, desde siempre, y espero que, para siempre, el referee tiene razón, aunque se haya equivocado.
Suena duro caerle a un club o a otro por este tipo de temas, pero hay que ser ejemplificador para evitar que esta endemia no se convierta en algo peor, pero no debemos permitir que le griten al árbitro barbaridades o lo acusen de algo de lo cual, en el fragor de una batalla, están seguros, pero cuando mirás el video, ya es tarde para disculpas. Decía una persona del público en uno de los últimos videos –“nos perjudicaste como en el 2019”- como si el referee fuera culpable de las muchas infracciones que cometen los jugadores.
Jugamos rugby por muchas razones, pero fundamentalmente porque amamos el juego. Es difícil de explicarlo, cuando mi abuela Catalina me preguntaba “-por qué te hacés eso-” cuando veía las marcas en mi cara. Jugamos porque nos gusta, porque es un juego visceral y, hasta podría decir, ancestral. Y los bagayos, como dice el Ruso Sanz y muchos más, somos la inmensa mayoría que nunca se pudo poner la camiseta de la selección, pero el corazón del rugby late junto a los pibes de la preintermedia (cualquiera de ellas), porque esos chicos juegan a cualquier hora con tal de jugar rugby. Y claro, si ganan o pierden nadie dice nada. Si el referee se equivoca, te vas caliente y lo saludás igual, porque el tipo vino hasta el club a las 9 de la mañana para dirigir la preintermedia D.
Jugamos porque el juego y los maestros de rugby nos enseñan a ser mejores personas, a ser solidarios, leales, valientes, dedicados, parte de un equipo. Y educados en respeto y camaradería. Si no entendemos eso, el rugby pierde la magia que nos hizo jugar a todos. Y en general, los que hacen lío, no están adentro de una cancha. Y si estuvieron, se les debe haber olvidado lo que tantos señores amateurs le explicaron durante tantos años de su propia vida.
Marcelo Mariosa
Brillante, Negro
Una vez más me encanta y te felicito. Aun con el equilibrio que a veces requiere, se debe respetar al referee y eso debe ser enseñado desde la cuna a nuestros jugadores. Es importante recordarlo permanentemente.
Amigo, yo jugué rugby dos veces en mi vida, no sabía más que se jugaba con una pelota ovalada y lo hice bajo presión de mi profesor de educación física para unos intercolegiales allá por el año 80. La vida quizo que dos de mis hijos sean jugadores, el más grande ya no juega, el más chico está en M16. Justo el otro día tocamos este tema en la mesa después de la merienda, los dos están convencidos que hay que pelearla para que no se desvirtúe. La verdad que los admiro, pero soy poco optimista. La sociedad está intolerante y violenta, no solo en nuestro país, en el mundo, pero el rugby siempre fue una isla, ojalá pueda seguir. Lo que me preocupa es que veo a gente grande del club gritando, insultando, los que tienen que dar el ejemplo, los que fueron en un entonces los responsables de educar y trasmitir los valores, y eso me preocupa. Mi conclusión con los chicos fue está: pase lo que pase, no hay que dejar de dar la batalla por el respeto, si no la damos estamos inexorablemente derrotados. Saludos cordiales.
Gracias negrito por tus notas
Querido Marcelin, desde mi pequeño lugar vengo bregando y luchando y tratando de transmitir que el respeto es el primero y principal de los valores y principios de este maravilloso deporte. No voy a aflojar y voy a seguir el camino que me enseñaron los mayores en honor a ellos, al Rugby hasta que me vaya de gira y los reencuentre.
Viva el Rugby !!
Canciller y amigo Negrito, te escribe tu Ber sano, una vez más tu pluma toca un gran tema, que es la disciplina y realmente es preocupante. Debemos volver a trabajar y mucho. Desde infantiles hasta PS,.pero no solo con los jugadores, también con los padres, tíos, tías primos primas y vecinos del otro lado del perimetral, hay que hacer más doctrina y menos músculo, más valores y menos terceros tiempos extendidos .
Para eso además los dirigentes, deben, debemos actuar rápido y convocar a profesionales especialistas a más Mosca y poner en práctica los valores de Rugby, que no sea solo un folleto, una frase y frenar estás incorrectas actitudes, que hace un tiempo vienen pasando dentro de casa, el Rugby. Sabemos que el Rugby, es levantarse y empujar entre otras cosas, bueno levantemos empujemos todos juntos y sigamos trabajando para que esto que paso en San Juan , pero que también pasa en CABA, no sé repita. Abrazo Marce y Gracias por tu pluma
Vivi el RUGBY en URBA durante muchos años jugando en el Glorioso Pacifico, hasta que las situaciones de la vida me trasladaron a Río Grande Tierra del Fuego, hoy con 62 pirulos sigo siendo parte ACTIVA, cómo sea, del mejor deporte y soy para muchos, EL VIEJO, lo que me permite, muchas veces, tener una vos que es escuchada como para inculcar lo que era, es y debería ser NUESTRO RUGBY, sin embargo, hoy la sociedad cambio, los padres cambiaron y los jugadores también, por lo que muchas veces es difícil hacerles entender lo que Marcelo plantea, pero no importa, pues estoy ABSOLUTAMENTE CONVENCIDO QUE NOSOTROS NO PODEMOS BAJAR LOS BRAZOS, ya que cuando eso ocurra habremos permitido que nuestro amado RUGBY desaparezca y eso estaría MAL.
Gracias Marcelo, tus palabras , me hacen sentir dentro de la cancha , siempre.
Gran abrazo
Señor Pluma del Ruck! Me acuerdo de tantos y recientes pifeos y silbidos de los fans de la franquicia chilena en SRA 2023, acusando robo y manipulación. Lo mismo en RRSS. Macabro y triste. Abrazo desde el otro lado vecino!