Todo aquello que nos avalan a los argentinos desde allende los mares sobre la pasión (muchas veces excesiva hasta para nosotros mismos) que ponemos en los deportes, muchas veces se torna contraproducente a la hora de contar los porotos. Es que las palabras de Razor Robertson son amables y componedoras, bien al estilo de los neocelandeses (excepto John Kirwan quien escudado en su título de “sir” por la Orden de Mérito de Nueva Zelanda recibida, dice lo que le viene a la mente sin medir nada) pero con un intento de candidez dejan en el aire que Los Pumas han jugado un partido vibrante y pasional, lo cual es cierto, pero carente de orden y siendo sometido casi todo el partido a la voluntad de los jugadores de casaca negra.
La estadística dice que hubo 135 tackles de los nacionales, y sólo 17 yerros, con 12 penales concedidos, 9 en primer tiempo. Pero lo que la estadística no dice es que el equipo argentino jugó en desventaja técnica casi todo el partido, con algunos arrestos individuales que lograron que la balanza no se cayera del todo. Y tampoco dice cuántos de esos 135 tackles fueron defensivos, es decir, permitiendo a los que atacan meterse en tu bolsillo defensivo, y esa es parte de cómo quieren jugar los de negro, ganando la vieja “yarda de oro” (hoy metro, claro) porque resuelven muy bien el contacto y la posesión de la pelota para darle calidad y claridad al movimiento.
Está claro, si queremos ver el vaso medio lleno, diremos que los visitantes tuvieron especial cuidado en que la línea de tres cuartos argentina no pudiera correr, y eso habla de la preocupación lógica que generan los backs pumas, que en los papeles iniciales se presentaba «picante». Vuelvo a decir, hay que tener “plan B” contra estos super especialistas en concebir partidos.
Los Pumas no pudieron ni supieron cómo contrarrestar la enorme presión de los backs, incluyendo la formación defensiva llamada “ala de avión”, logrando envolver al ataque e impidiéndole jugar por afuera. Por supuesto que tal tipo de defensa, una vez detectada, tiene sus debilidades, pero los All Blacks lograron hacerla efectiva todo el partido. También la cantidad de penales ofrecidos en el primer tiempo ha sido alta, y ya en el segundo tiempo, el equipo se veía “desarmado” en su juego estratégico, recibiendo los receptores estando casi parados y no a la carrera. Al final, el intento casi desesperado por generar algo hizo todo más confuso.

¿Cómo resolvió Australia el mismo problema? Bueno, intentó penetrar por dónde fuera posible para con velocidad generar desde esa pequeña brecha movimientos veloces.
Otro sí digo, para aquellos fanáticos que quieran revisar lo actuado, es la manera en que los ABs ingresan al contacto y cuál es el movimiento previo y el movimiento posterior permitido por las reglas. Esas destrezas son las que les permiten progresar en el pick&go de la manera en que lo hacen.
No puedo esperar al sábado para ver el planteo que Felipe & Co. van a usar en Vélez, porque habrá que hacer ajustes en la estrategia y el plan de juego. Los All Blacks de Razor ya mostraron sus garras, cosa que venía atrasada.
Vale aclarar que Albornoz pudo sacar por algún rato la bandera de Los Pumas, ya que imposibilitado de lanzar a sus backs, trató de tomar decisiones a la velocidad del juego que permitió al equipo argentino seguir en batalla.
Quizá el mayor valor que tienen los neocelandeses a lo largo de la historia y en los últimos años los sudafricanos es pensar todo el tiempo cómo jugar dentro de las reglas inventando cosas nuevas. A Rassie Erasmus le salió bien contra Italia, un team de los de abajo en el ranking, y pensó que podría funcionarle con un Australia que tenía una rodilla en el piso. Pero el viejo espíritu de juego wallabie surgió desde las cenizas para que la Batalla de Johannesburgo (1700 msnm) pasara de una derrota abultada a una victoria épica.

A lo largo de los años, esta claro que uno no puede jugar siempre igual sino parecido, siempre tratando de innovar. Claro, para eso lo mejor es tener a los jugadores cerca, para ir diagramando los cambios que ya en la cancha estén aceitados. Los All Blacks se estrenaron una toalla (la defensa australiana) y con eso y su talento se llevaron un hermoso (y claro) triunfo del Kempes, que explotaba de alegría (por la vuelta después de 11 años).
Pero espero otro “diseño” de juego para el sábado, en el segundo “test” contra Nueva Zelanda. Un formato audaz, pero con posibilidades diferentes, porque jugadores hay, pero cuando te sorprenden, quedás anulado. Y eso pasó el sábado en Córdoba.
Y ojo, que una de las fortalezas de los de negro es ésa, sorprender dentro de un esquema que parecer ser el mismo, sin serlo.
Veremos el sábado.
Marcelo Mariosa

Excelente análisis Marcelo, como siempre.
Querido Negro, lamento desilusionarte pero los Reys Magos son los padres. Esperar que Contepomi lea lo sucedido y piense en soluciones es una utopía. El sábado pasado los AB pusieron lo mejor que tienen y nosotros dejamos fuera de la cancha a Mateo Carreras, Moroni, mandamos al banco a Petti, en fin un plan estratégico para perder por poco. No espero más para el próximo partido y ojalá me sorprendan y tenga que meterme la legua donde no me da el sol. En fin, Contepomi…. que más decir!!!!!!!