Cuando hablamos de juego sucio, hay que pararse donde realmente estábamos y dónde estamos ahora. Porque si pienso cómo era el juego hace unos cuántos años, podemos decir que el espíritu siempre fue el mismo, pero que han variado muchas cosas, empezando por los propios jugadores, su alimentación y descanso (sobre todo los profesionales, que no hacen otra cosa) que son más rápidos (o casi) y más pesados que antes. Acá no hablo del juego en sí, es decir, de lo que se denomina Plan de Juego y la manera en que los jugadores se aferran a eso, sin salirse del libreto, en un juego que hay que saber variar las acciones, dependiendo de lo que nos ofrezca el adversario y de lo que podamos tomar de eso.
Vimos hace poco como Los Pumas sucumbieron a un plan de juego tan viejo como la pelota Match, “Up&Under”, sin poder/saber reaccionar sobre el campo de juego. La belleza del viejo fútbol de la ciudad de Rugby es tal que hay cientos de maneras de ejecución de decenas de acciones, y siempre triunfa la que logra penetrar la defensa. Ya lo decía El Mosca, con una sonrisa ladeada en su boca, lo que definía el grado de veracidad de sus dichos, y para el caso, que “se hacía un try cuando dos atacantes encuentran un solo defensor”, el clásico 2-1. Claro, no siempre es así, pero había que comprender lo que nos quería decir dentro de tan corta sentencia.
El mayor problema que encuentra el rugby actual tiene un par de aristas interesantes. Una, la necesidad innecesaria de “ganar mercados”, porque más allá de la popularidad, aparece Don Dinero y competencias que lo generen. Entendamos que no estoy en contra del profesionalismo, y que, una vez más debo mencionar al viejo entrenador, “vino para quedarse” y esta bien, en la medida de que haya espónsores y caja para sostener todo eso. Y digo esto, viendo que hasta en las ligas más untuosas, hay equipos que no pueden sostenerse o que los salarios de algunos países, como Nueva Zelanda, son bastante más bajos que los que puede ofrecer Japón, por ejemplo.

De la mano de la expansión y del negocio, aparecen naciones en vías de desarrollo deportivo que siempre es lindo ver que crecen, como nuestros vecinos, pero hay que comprender bien el objetivo, que no estaría ligado al juego sino a otra cosa.
Luego, de la mano de ese tema, viene la intención de hacer el juego más dinámico, pensando que de esa manera habrá más público interesado; es decir, que el juego atraiga a espectadores no especializados, porque no es lo mismo agrandar la base mundial de jugadores que la de espectadores. Y ahí aparece la batalla contra el scrum y también contra las reglas en general.
Entonces, ¿por qué permitir esa demora en realizar un line out? ¿Cuál sería la ventaja, a nivel espectáculo, de generar una reunión de forwards para decidir qué hacer en la formación, mientras el reloj sigue corriendo? Y en el scrum, por qué no se aseguran de que los primeras líneas ingresen “derechos” y no torcidos para evitar probables lesiones? Aunque, hay que aceptarlo, no hay muchas lesiones que vengan por ahí actualmente, lo que hay son derrumbes provocados por formar mal, por permitir empujar torcido y por cobrar penales cuando un equipo avanza o algunas veces sin saber bien qué está pasando.
Pero el problema de la seguridad del juego no está ahí, sino que se encuentra en el punto de contacto. No voy a opinar sobre algunas jugadas donde algunos jugadores simulan que fueron golpeados en su rostro, o se desmayan como en el fútbol de Eton apenas los tocan, sino que quiero hablar de la limpieza del ruck, y la pesca de la pelota.
Probablemente no haya una acción tan riesgosa como pescar una pelota en un ruck dinámico. Recuerdo en mi juventud, y mis dedos aún lo sienten, cómo era antes cuando agarrabas una pelota que estaba “del otro lado”. Pero ahora, un sujeto de un equipo, sin importar su porte, se “cuelga” de la pelota, dentro de las reglas, mientras dos o tres tratan de que no lo haga, con movimientos que están también dentro de las reglas.
La última jugada del partido Australia-Lions demuestra lo que se puede y lo que no se puede, y al mismo tiempo, lo que no debería ser. El jugador australiano número 16 (Carlo Tizziano, 25, 100 kilos, natural de Perth a pesar de su nombre y apellido) llegó con lo justo para intentar pescar una pelota en su “ultra defensa” mientras los Leones Británicos más los chicos de la Emerald Island se venían percutiendo (así se decía antes) y con serías probabilidades de marcar y quedarse con la serie. El bueno de Carlo llega a la pelota, la toma bajando muy bien el centro de gravedad y su cabeza, y casi al mismo tiempo llega Jac Morgan (no busquen, está bien escrito, 25, 105 kilos, nacido en Swansea) a limpiarlo (todo dentro de las reglas del juego) pero impacta en la nuca de Tizziano a la velocidad que venía y “traía” su cuerpo. El impacto saca a Tizziano de la zona de limpieza, la pelota se libera e inmediatamente se genera el try que le da el triunfo a los visitantes.
La jugada fue revisada por el TMO, que dictaminó que no había falta alguna. Es decir, para el referee y los veedores, la acción de limpieza en la forma que fue ejecutada se encontraba dentro de las reglas. El propio Nigel Owens, siempre respetado por mí como uno de los mejores referees de la historia, dijo que no había nada fuera de las reglas en esa jugada. Por supuesto que referentes del mundo del rugby han opinado también, pero si es cierto que tal jugada se encuentra dentro de las reglas, son esas reglas las que hay que cambiar para evitar que un movimiento tan riesgoso para un jugador, como fue el caso de la pesca, pueda sufrir un golpe en la cabeza, que se supone que es lo que se quiere evitar, o incluso en la nuca, que tiene su debilidad estructural a la hora de defenderse de golpes y torceduras.
La idea es que hagamos un rugby más seguro, pero para eso, hay que seguir revisando y ajustando situaciones que podrían terminar en una lesión severa. ¿Podemos echarle la culpa al jugador galés? Es difícil, porque viene a “limpiar” dentro de la regla, pero se encuentra con un jugador que tiene la pelota, la cabeza casi tocando la misma, y lo golpea, en ocasión de la limpieza, lo más abajo que él puede estando sobre sus pies, esta vez, en la nuca. ¿Es culpa del jugador australiano? No, porque como parte de la acción, va a pescar la pelota, la toma, y el jugador adversario lo saca de un “golpe” o empujón con el hombro.
La culpa es de una regla que debe ser ajustada. Ya pasaron muchos años, ya no te agarran de los testículos en un maul, o te patean la espalda o te pisan las manos cuando querés agarrar una pelota. Las viejas trompadas también se han acallado. El rugby es más seguro. ¿Estamos seguros?
Marcelo Mariosa

lujo Negro! mi humilde opinión, al ver la jugada varias veces, por mas inmediato que fue el momento de pesca por el jugador australiano y la limpieza de parte del galés, hay un golpe de cabeza con cabeza, y puedo pensar que sin intención, pero la infracción existió.
Si esa jugada ocurria en los primeors minutos del partido creo que otro hubieses sido el fallo.
1) Esa pelota ya estaba pescada.
2) A pesar de lo que diga el gran Nivel, el BL llega después, no en el mismo momento. Y el contacto existe, con todo el motivante que quieran, pero existe.
3) También advertí que le agarra la pierna estando en el piso.
O sea que hubo 2 o 3 penales para Australia que no se cobraron en esa jugada.
Mitigante, maldito corrector…
Estimado tocayo, como siempre, concuerdo con lo que decís. El rugby en algún momento y en post de que el ataque tuviera mayor continuidad, el reglamento le otorgó al tackleado, un movimiento en el suelo para permitir la continuidad del avance. Desde ahí para acá, pareciera que ese reglamento no da “pie con bola”, ya que el tackle a la cintura se volvió ineficaz y hay que tacklear a la altura de la pelota, por lo que los partidos se han vuelto muy físicos y de “millones de fases”.
El Caña Varela contaba cuando empezó a entrenar y decía: “Una vuelta, entrenando al CASI, un pilar, me dijo después de un partido: “Hoy no toqué la pelota”. ¡Imaginate, el tipo jugó 80 minutos y nunca había tocado la pelota! Era un embole lo que hacía.”
Ahora creo que nos fuimos para el otro lado, hoy es el rugby de las fases, muchas veces se pondera que “llevan 16 fases y siguen muy prolijos”.
Además, para recuperar la pelota se creó la figura del pescador, haciendo también esta tarea peligrosa y poco clara cuando hay que sancionar.
Entonces los partidos se han vuelto un “prefiero patearla al fondo y defender en campo contrario, que tener la pelota y atacar desde mi lado” así busco el error contrario y poder sumar de a tres.
Sudáfrica jugó, y ganó, cuatro finales en los Mundiales y sólo en una marcó tries.
Si estas discusiones las tenemos en el primer nivel, donde son profesionales, que nos queda para nuestro “rugby de abajo” donde las cosas se hacen a pulmón.